martes, 7 de mayo de 2013

Armas 3D


En nuestro país, la regulación sobre armas viene recogida principalmente en el  Real Decreto 137/1993, de 29 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de Armas.
El artículo 11 de este reglamento establece que La fabricación de armas sólo se podrá efectuar en instalaciones oficialmente controladas, que se someterán a las prescripciones generales y especiales del presente Reglamento, aunque la producción se realice en régimen de artesanía.
La fabricación de armas de guerra se atendrá, además, a las disposiciones específicas que dicte el Consejo de Ministros, a propuesta del Ministro de Defensa.
Los talleres podrán fabricar únicamente aquellas piezas para las que estén expresamente autorizados.
La fabricación de las armas contempladas en este Reglamento, se llevará a cabo en todo caso bajo la supervisión de la Dirección General de la Guardia Civil.
photo credit: mr.smashy via photopin cc 
En muchas ocasiones el derecho va por detrás de la realidad social, y es en el momento en el que se producen los cambios y avances tecnológicos cuando el legislador se ve obligado a cubrir estos vacios legales, llevando a cabo mecanismos de control sobre actividades y situaciones anteriormente inexistentes.
En el caso de las armas de fuego, nuestra legislación establece múltiples controles en cuanto a su fabricación, posesión, utilización, y revisión. Cualquiera que posea armas de fuego, aparte de poseer la licencia correspondiente, debe pasar unos controles periódicos sobre las mismas ante la Guardia Civil.
A parte de dichos controles y licencias, todas las armas que estén en posesión de particulares, entidades, empresas u organismos deben tener aparejada la correspondiente guía de pertenencia con su correspondiente número de serie a fin de saber quiénes son los poseedores de las mismas.
La teoría legal está muy bien, pero ¿qué hacemos con las armas de fuego fabricadas en casa?, ¿cómo controlar las armas que se realizan con una impresoras 3D?
photo credit: medialab_prado via photopin cc 
Este es un claro supuesto en el que se demuestra que la tecnología ha superado a la legislación, dejándola obsoleta en cuanto a los mecanismos efectivos de control sobre la fabricación y tenencia de armas.
Hemos llegado a un mundo globalizado en el que cualquiera puede descargarse de la red los diseños digitales de todas las piezas de una pistola, y posteriormente, con una impresora 3D y el material adecuado, imprimirla y ensamblarla sin ningún tipo de control; sin ningún tipo de guía de pertenencia ni número de serie.
La noticia saltaba a los medios no hace mucho;  A sus  veinticinco años, Cody Wilson, ciudadano de Texas (EEUU) ha conseguido reproducir una pistola con una impresora 3D; para ello diseño todas y cada una de sus piezas de forma digital. Tras su impresión en Acrilonitrilo Butadieno Estireno (ABS), y después de observar su correcto funcionamiento, colgó en la red los diseños de dichas piezas, lo que supone que cualquiera, desde cualquier parte del mundo puede descargarlos e imprimir su propia pistola en casa.
photo credit: DrJohnBullas via photopin cc
Desconozco el número de impresoras 3D que existen en manos de particulares en nuestro país, no obstante, el mismo Cody Wilson ha afirmado que España es con diferencia el país con más descargas del diseño de su pistola.
Esta situación debería apremiar al legislador, debiendo crear nuevas vías de control ante esta nueva realidad social, no vaya a ser que el derecho (que siempre suele ir por detrás) se aleje demasiado de la realidad.

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